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Héctor Abad Faciolince le canta la tabla a Álvaro Uribe
Nada perjudica más la “confianza inversionista” que usted tanto pregona, que un ex presidente que magnifíca -mediante su gran megáfono de Twitter- los más pequeños episodios de orden público que suceden en el país.
Basta que un burro reviente en Pavarandocito para que usted ponga el grito en el cielo.
Es como si, en vez de preocuparlo, a usted lo entusiasmaran y alegraran los actos de violencia que suceden aquí.
Como si Pastrana se hubiera dedicado durante todo el gobierno Uribe a señalar cada acto terrorista de los que ocurrían semana tras semana. En su gobierno tampoco vivíamos en el jardín del Edén.
Si alguien se guiara por los trinos del ex presidente Uribe para juzgar la situación de Colombia, cualquiera pensaría que estamos en medio de una guerra civil y de una gravísima amenaza para la estabilidad nacional.
Desesperado por los trinos de Uribe magnificando los hechos aislados del conflicto colombiano, el escritor tilda al ex presidente de camorrero e incendiario y le envía esta dura nota.
En esto usted parece estar de acuerdo con la guerrilla: están ganando la guerra y a punto de tomarse el poder. Miopía guerrillera, y suya también.
A juzgar por sus trinos, este parece un país fracasado y condenado al abismo, a punto de ser tomado por los terroristas de las FARC. Y no es así; eso sí que no es objetivo.
Es como si usted hubiera pensado: “después de mí el diluvio.”
Como si no pudiera aceptar que hubo un cambio de gobierno y de estilo de gobernar. La actitud responsable con el país, de una persona que dice amarlo, sería muy distinta a su actitud camorrera e incendiaria.
Usted se deja guiar por las personas más beligerantes e intolerantes de su entorno. En vez de aportar al desarrollo y a la estabilidad del país, sus intervenciones contribuyen a deteriorar la seguridad y a difundir la sensación -falsa y dañina- de que vamos hacia el caos.
Colombia tiene unas instituciones muy frágiles y usted, en lugar de afianzarlas, está ayudando a debilitarlas, quizá porque cree que un país descuadernado pediría de nuevo el auxilio del “salvador” que usted cree ser.
Ojalá, en su papel de ex presidente, ayudara a construir una Colombia sólida, en vez de dedicarse a trinar por todo lo negativo que ocurre, como si cada golpe al actual gobierno lo alegrara, en lugar de volverlo solidario con el dolor de las víctimas.
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Tristemente hay que decir que esta vez el “conejillo de indias” utilizado por los propagandistas del sistema para aterrorizar al pueblo y llenarlo de más supersticiones es la profanada cultura Maya, mediante el esparcimiento de una supuesta profecía que designa este año como el fin del mundo. A partir de este rumor eficientemente esparcido por los medios masivos de comunicación al servicio del gran capital (como Nat Geo, The History Chanel, Caracol tv, entre otros), han venido a aparecer opina dores de todas las pelambres, desde seudocientíficos hasta fanáticos religiosos, para agregarle o quitarle algo a la susodicha profecía y así aumentar el efecto de esta gran mentira, hasta llevarla casi que al pánico colectivo; aprovechándose de la falta de oportunidades que tienen los pobres para acceder al conocimiento y a la educación, con lo cual, sumergidos en la ignorancia terminan aferrándose a falsas esperanzas para superar la miserable vida que llevan.