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El Poder político de los ciudadanos - Por: Héctor Gonzalo Córdoba Espitia
1 - EL PODER POLÍTICO DE LOS CIUDADANOS
1.- En el texto de la Constitución Política vigente no existe el Pueblo como entidad jurídica y política, ni existe el poder político del Pueblo; el enunciado que en ella se hace con relación al Pueblo, indicándolo como lugar donde reside la soberanía y como fuente de donde emana el poder público, es simplemente decorativo, no tiene desarrollo real y efectivo en la normativa de las ramas del poder público y de los órganos que las integran.
2.- Dada la circunstancia de que el poder político del Pueblo deberá ser la resultante de la reunión y combinación de los poderes políticos individuales de todos los ciudadanos que lo integren, es claramente comprensible que la causa principal de la inexistencia del Pueblo como entidad política es la inexistencia del poder político de la gran mayoría de los ciudadanos.
En efecto, la gran mayoría de los ciudadanos no tiene poder político, solamente lo tiene el muy reducido grupo de los que pertenecen a las familias poseedoras de la mayor riqueza. Desde hace mucho tiempo esas familias se han adueñado del esencial instrumento de organización social, que es el poder político, con la finalidad de controlarlo y utilizarlo para gobernar.
Este modo de gobierno se conoce en la teoría política con el nombre de plutocracia, que significa gobierno de los ricos, o como oligarquía, que significa la forma de gobierno ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social.
3.- El modo directo de cambiar el inequitativo gobierno de la oligarquía plutocrática consiste en crear y proteger el poder político del Pueblo. Para alcanzar este objetivo es necesario comenzar por la creación y protección del poder político de cada uno de los ciudadanos.
El poder político ciudadano consistirá en la facultad que tendrán todos habitantes de la nación jurídicamente calificados como ciudadanos, para participar de manera real y efectiva en la organización y el gobierno de la sociedad por medio de la intervención en la creación de programas de gobierno y dando apoyo en los procesos electorales a los programas que mejor representen y expresen sus individuales voluntades políticas.
Las fuentes originarias de este poder serán las opiniones políticas personales de los ciudadanos que sean expresadas y confrontadas con la finalidad de buscar el acuerdo y la coincidencia con las opiniones políticas de muchos otros. La comunicación y el debate de las opiniones políticas individuales serán los actos con los que empezará el ejercicio del poder político de cada ciudadano.
El modo natural del ejercicio de este tipo de poder será colectivo, dada la circunstancia de que el poder político de los ciudadanos individualmente considerados solamente alcanzará la legítima capacidad de gobierno cuando esté unido a los poderes políticos individuales de muchos ciudadanos que coincidan en el mismo propósito y formen un acuerdo que se sostenga en la aprobación de la mayoría y así se demuestre en el escrutinio electoral.
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Tristemente hay que decir que esta vez el “conejillo de indias” utilizado por los propagandistas del sistema para aterrorizar al pueblo y llenarlo de más supersticiones es la profanada cultura Maya, mediante el esparcimiento de una supuesta profecía que designa este año como el fin del mundo. A partir de este rumor eficientemente esparcido por los medios masivos de comunicación al servicio del gran capital (como Nat Geo, The History Chanel, Caracol tv, entre otros), han venido a aparecer opina dores de todas las pelambres, desde seudocientíficos hasta fanáticos religiosos, para agregarle o quitarle algo a la susodicha profecía y así aumentar el efecto de esta gran mentira, hasta llevarla casi que al pánico colectivo; aprovechándose de la falta de oportunidades que tienen los pobres para acceder al conocimiento y a la educación, con lo cual, sumergidos en la ignorancia terminan aferrándose a falsas esperanzas para superar la miserable vida que llevan.